Kirby and the Forgotten Land, review: una tierna y divertida aventura
El primer juego de la saga en 3D trae una propuesta muy agradable y variada, aunque con problemas en su dificultad.
Noticias RCN
08:05 a. m.
Kirby es uno de los personajes de videojuegos más adorables que existen. Verlo moverse por todos sus juegos y convertirse en un ícono de ternura hace que disfrutar sus experiencias tenga un toque diferente y en su último juego las cosas son aún más tiernas que nunca.
Kirby and the Forgotten Land es el último gran juego de Nintendo Switch de esta saga, que por primera vez se lanza a tener una aventura en formato 3D, que continúa siendo una plataforma, pero con una mirada algo diferente y una temática interesante de jugar.
Así que, tras haberlo jugado, traemos aquí la reseña de este título lleno de ternura, colores, variedad de niveles, transformaciones… pero un asterisco en su dificultad, que se debe tener en cuenta.
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Así es la aventura de Kirby and the Forgotten Land
Kirby estaba muy tranquilo en su mundo hasta que una fuerte tormenta cayó y se lo llevó a otra dimensión, junto a los Waddles a quienes ahora debemos rescatar. Por lo que debemos andar por las tierras olvidadas para ir superando niveles y salvando a nuestros pequeños amigos, mientras mejoramos nuestras habilidades y derrotamos enemigos.
Un argumento sencillo pero adecuado para ir directo al grano y sentar las bases narrativas de las mecánicas, donde se encuentra la verdadera carne del juego: su variedad.
Como es bien sabido, Kirby es un personaje que absorbe habilidades y en este juego nos vamos a encontrar 12 en total, con opciones detener una espada, escupir bolas de fuego, hielo, movernos rápido con un tornado, escabullirnos entre la tierra y otras, que dejaremos descubras al jugar.
A esto se suma que la tierna bola rosa de Nintendo se transforma en diferentes elementos del mapa para resolver puzles y avanzar en el nivel, como autos, maquinas expendedoras de gaseosas, escaleras, bombillos y un largo etcétera.
En cada nivel debemos rescatar a un número determinado de Waddles, mientras vamos recolectando gachapones (figuras) y superando ciertos objetivos (como rescatar patitos). A eso se suma que cada ‘mundo’ tiene un jefe final y una serie de minijuegos que nos entregan una gema para mejorar las habilidades de combate. Como ves es un paquete grande de opciones, que no es abrumador, sino variado para que la experiencia nunca sea repetitiva.
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Vamos al juego
Ya entrando en materia, Kirby and the Forgotten Land es un juego muy divertido. Un plataforma que cumple a cabalidad con la generación de niveles variados, que jamás se sienten iguales desde los retos y mucho menos desde lo estético.
Los retos que se ponen siempre van muy de la mano con las habilidades, que sin ser obligatorias, si son necesarias para cumplir con ciertos objetivos y avanzar cada parte del juego de una forma más ‘correcta’. Pero eso sí, ninguna habilidad quedará huérfana y aunque te guste una más que otra, el juego te motiva a probarlas todas y a cada una le da su momento de brillar para que mejorarlas sea algo que busques hacer.
De esta forma, los niveles se construyen con retos variados, diferentes saltos, caminos, enemigos y la necesidad de ir rotando el uso de las habilidades, porque, por ejemplo, en un momento necesitarás disparar hielo congelar cierto objeto y cumplir un objetivo secundario.
Y a todo eso se suman las transformaciones de Kirby, quien adopta muchas formas que son muy divertidas de usar porque hacen de este personaje un lienzo en blanco para plantear variadas situaciones para ser un carro o unas escaleras y que al momento de usarlo se sienta el peso de esa transformación, ya que, por ejemplo, con el carro podremos hacer una mini carrera o una bola de agua para limpiar barrio.
Ahora si pasemos al apartado estético. Y aquí Kirby and the Forgotten Land es un juego muy lindo, es como un programa animado lleno de colores (y no por eso infantil) que nos pone escenarios brillantes, con muchos elementos y momentos icónicos, como el nivel en el que somos una bombilla y vamos por una especie de pasillo embrujado en el que hay muchas luces de neón. Bellísimo.
Aunque hay que decir que el juego tiene algunos problemas de rendimiento en los elementos que vemos de fondo. Nunca tuvimos problemas con Kirby, bugs o complicaciones propias, sino que los personajes que se movían de fondo iban a menos frames y eso se veía algo disonante ante lo bien que corría el lugar por donde nosotros íbamos.
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La dificultad, un enemigo a vencer
Kirby es un juego muy accesible. Si bien cuenta con un modo ‘difícil’, este no es un reto muy grande y en realidad perder o morir en un nivel es algo muy complicado, porque el hecho de que nuestro personaje pueda flotar en el aire hace que caer por un aviso sea casi imposible.
Además, encontramos muchas fuentes de vida y es fácil tener la barra llena. Y al final los enemigos no representan un reto muy grande frente a nuestras habilidades. Por lo que quizás para algunos jugadores sea algo decepcionante pasar niveles sin mayores complicaciones.
Aunque el verdadero reto del juego está en la recolección de objetos y la resolución de objetivos, en donde sí habrá que estar muy atento a lo que sucede en el mapa. Adicionalmente, los minijuegos para tener las gemas que ayudan a mejorar habilidades sí son complicados y como son contrarreloj, muchas veces representan retos que se deben hacer varias veces para obtener el mejor registro.
Y a esto se suma que, al jugarlo en modo cooperativo, el segundo jugador es casi un agregado insulso que no tiene opciones de transformarse y termina siendo poco útil y por ende poco divertido para la otra persona.
Entonces… ¿Vale la pena Kirby and the Forgotten Land?
Hay que entender que Kirby es la cara amable y tierna de Nintendo. Su juego no tiene retos muy complicados en los niveles principales y la experiencia se basa más en la recolección. Pero eso no lo hace un mal juego, solo un juego con una línea de dificultad media, que se hace muy disfrutable por su variedad de escenarios, objetivos, transformaciones y habilidades.
Kirby and the Forgotten Land es un juego para sentarse a jugar después de llegar cansado de trabajar, que podemos divertirnos con tranquilidad y ver niveles muy bien diseñados que aportan color y ternura. Además, es un juego que sirve de gran ejemplo para abrirle las puertas a los más pequeños a los videojuegos, porque podrán aprender fácil y tendrán un personaje que los cautivará todo el tiempo, porque cada cosa que hace Kirby es para ver con ojos tiernos y terminar enamorados con las cosas que hace. Un gran recomendado.