Seis consejos para superar el dolor cuando su mascota fallezca
Las mascotas ayudan a eliminar el estrés y la sensación de soledad. Por esta razón, cada vez más personas optan por tener una en casa.
Zila Oviedo
05:39 p. m.
Las mascotas cada vez más se han convertido en parte fundamental de los hogares. Con el paso del tiempo, se ha reafirmado su estatus como integrantes de las familias, por lo que es también recurrente que los amos se encarguen de protegerlas.
Tener una mascota en casa tiene muchas repercusiones positivas. Ayudan a eliminar el estrés, la sensación de soledad y mejoran la salud del corazón. Por esta razón, cada vez más personas optan por tener una en casa y darse la oportunidad, como dicen coloquialmente “de estrenar una parte del corazón”.
Aunque a veces se quiere que sean para siempre, según expertos, la esperanza de vida para los peludos de la casa es de 12 años. Cuando fallecen en este tiempo o quizá antes, dependiendo de su estado de salud, el vacío que se siente en los hogares es gigante y los dueños pasan por etapas en la que deberán aprender a reconocer e iniciar un proceso de duelo.
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Etapas para reconocer un proceso de duelo
- Negación: el shock al saber que la mascota murió.
- Culpa: comienzan a buscarse razones a soluciones que ya no puede realizarse. Expresiones como: ¿por qué no me di cuenta antes? ¿Por qué no lo llevé a otro veterinario?
- Rabia o ira: la frustración genera, a su vez, ira. Expertos señalan que es importante aceptar el dolor que se siente y sobre todo, la realidad, aunque parezca difícil e injusta.
- Tristeza: es una de las primeras sensaciones ante la pérdida. Aunque es una emoción natural, hay que revisar que no se acerque a cuadros depresivos.
- Negociación: los amos toman una posición de resignación, se acepta poco a poco que la mascota murió.
- Aceptación: pese al dolor, se comprende que en algún momento la mascota iba a fallecer.
No se puede superar de forma inmediata el duelo. Todo hace parte de un proceso que toca pasar poco a poco. En medio de esto, es válido establecer una red de apoyo, es decir, esas personas con las que sin miedo ni pena decidimos desahogarnos sobre lo que sentimos.